Danza del volador (totonacas). 11. Testimonio Musical de México, volumen 9

El juego del volador se practica, al parecer, desde la época prehispánica, asociado a las ceremonias religiosas. Hoy lo mantienen los grupos indígenas de la sierra del estado de Puebla y los totonacos del área de Papantla, de donde este ejemplo procede. Actualmente su práctica se asocia al calendario católico, y sus intérpretes forman una especie de hermandad que realiza actos mágicos de protección. El vestuario y la música han resentido, al igual que el contenido, una fuerte influencia europea. Los grupos de Papantla se forman por cuatro voladores y el capitán, este último toca la flauta y el tambor, instrumentos con que la danza se acompaña. La danza del volador consta de cuatro sones que acompañan el saludo en tierra, el ascenso, el saludo en la cumbre y el vuelo o descenso. El son incluido corresponde al saludo a los cuatro puntos cardinales que se realiza en la punta del palo y en el que el capitán realiza inclinaciones acrobáticas sin dejar de tocar.